Comenzando pequeño

El primer instrumento debe ser accesible para el niño. Si la destreza manual es un problema para él, por ejemplo, es probable que la batería sea más apropiada que el violín.

También es importante que el instrumento sea del tamaño adecuado. Si es demasiado grande, el niño lo "manejará" en vez de tocarlo, dice Heise. Ella recomienda no asignar instrumentos de viento a los niños. No sólo son muy grandes, sino que requieren de una gran capacidad pulmonar que la mayoría de los niños simplemente no tienen.

Los instrumentos disponibles en versiones miniatura, incluyendo el violín, el violonchelo, el bajo y la guitarra son buenas opciones para principiantes. El piano es un instrumento popular porque es fácil hacer sonidos con él.

Heise menciona que los padres deberían rentar este tipo de instrumentos en vez de comprarlos, ya que los niños rápidamente serán más grandes que los instrumentos.

Normalmente se pueden rentar en tiendas de instrumentos musicales.

Sólo porque un niño comienza a tomar lecciones individuales, el involucramiento de los padres no debe detenerse. Sin embago, Brenda Brenner, profesora asociada de música de la Universidad de Indiana y directora asistente de la Academia de Cuerdas de esta universidad, declara que dos errores comunes son los padres "poco involucrados o excesivamente involucrados". Algunos padres quieren que sus hijos hagan todo por su cuenta antes de ser capaces de hacerlo. Otros abruman a su hijo prestando demasiada atención a su música, y eventualmente ocasionan que al niño no le guste tocar.

Brenner espera que los padres estén presentes y presten atención durante las lecciones de sus hijos. Los adolescentes tocan instrumentos porque quieren hacerlo y son auto-dirigidos, pero ese no es el caso con los niños pequeños.

"Cualquier niño de cinco años lo está haciendo porque su padre está interesado", declara Brenner.

Ella les dice a los padres que practiquen con el niño hasta que tenga 11 o 12 años de edad. Ella también está a favor de celebrar el éxito que el niño encuentre en la

música, incluso si no es en un gran escenario.

Otro error es esperar que el niño sea un prodigio, comenta May. Ella y otros maestros dicen que los beneficios de la música existen sin importar si el niño tiene

talento para la música o no.